Crimson Kitten, o como yo la llamo, la diosa felina de Planet Kitten, es la fantasía húmeda que no sabías que necesitabas. A sus 23 años, esta gata no está para juegos de niños, está para arrancharte la moral y dejarte pidiendo más. Entra a su sala y te encontrarás con un show que te hará babear más que un perro en una tienda de salchichas.
Primero, esos pequeños pero deliciosos pechos son como dos caramelos que te invitan a chuparlos hasta que te duelan las encías. No te dejes engañar por el tamaño, porque lo que le falta en tetas, lo compensa con un culo que parece esculpido por los dioses del porno. Esa retaguardia es un monumento al pecado, y cuando se pone en cuatro, es como si el universo entero se alineara para darte la mejor vista de tu vida.