Cwen, o como la encuentras en línea, cwenbrayton, es esa delicia joven que apenas ha salido del cascarón con sus 18 añitos y ya está lista para comerse el mundo desde Alemania, literalmente. Si alguna vez has querido combinar el porno con una clase de geografía, déjame decirte que esta alemana es más educativa que la Bauhaus. No hay necesidad de etiquetas cuando su único tag debería ser “bendito sea ese cuerpo”.
Esta ametralladora de deseo anda por ahí dejando sin aliento a cualquiera que tenga la suerte – o la desgracia, si ya no se puede levantar al día siguiente – de caer en su cuarto. Imagínate a Heidi pero en una versión más subida de tono, muy subida, esa que se pasa el día cantando por las colinas y por la noche se pone a cantar con otro tipo de instrumentos, si sabes a lo que me refiero. Cwen es una de esas rarezas milagrosas: fresca, directa y sin miedo en explorar todas las maravillas de su juventud. Su sala es un torbellino, un caos controlado donde la única orden del día es el placer absoluto. No necesita un cartel de neón brillando con tags ni etiquetas, porque cada segundo es un espectáculo en sí mismo que te asegura la diversión de principio a fin.
