doreah, o como algunos ya la conocen por su nombre de batalla, barbietoze, es un torbellino de 31 años que ha aprendido a moverse entre charcos de indecencia y ríos de lujuria. Originaria de un lugar que podría describirse poéticamente como “empapada en prosa y rodeada de chorros”, esta modelo en vivo es como una tormenta tropical en la pantalla, y no estoy hablando solo de su destreza con el lubricante.
Entrar a su sala es como abrir la caja de Pandora, pero en vez de calamidades, lo que te encuentras son miles de formas en que los fluidos corporales pueden convertirse en su propia forma de arte visual. Sin una lista estúpida de etiquetas que distraigan, doreah te invita a un universo donde el único límite es la capacidad de absorción de las toallas al final del espectáculo.
