Emma, o como la conocen en el mundillo del vicio online, “innocentprovenguilty”, es una de esas cam girls que te deja con la mandíbula en el suelo y una mano en el paquete. Esta diosa canadiense tiene un talento innato para hacer que tus pantalones se sientan más apretados que un corsé en una fiesta de gordos.
Entrar a su sala es como abrir la caja de Pandora, pero en lugar de desatar el caos, desata una lujuria que ni el mismísimo diablo podría controlar. Emma no necesita etiquetas para describir lo que hace, porque lo que hace es simplemente indescriptible. Se mueve con una sensualidad que haría que hasta los monjes tibetanos rompan su voto de celibato.