Joder, con 18 años recién cumplidos, la camgirl Kate, mejor conocida como matronafess, se está abriendo camino a lo grande en el frío y acogedor lodo de Noruega. Y no, no por el salmón ni los fiordos, sino por esas sesiones candentes que monta frente a la cámara. Esta chica “nueva” es como un enigma con su elegante toque asiático, sumado a una timidez que va desvaneciéndose a medida que el show avanza, y que, admitámoslo, nos ayuda a sacar el ‘vikingo’ que llevamos dentro.
La manera en que juega con su Lovense podría hacer sonar las campanas de una iglesia. No necesitas ser un erudito para saber que su juguetito vibra con cada propina, y malditas sea, vibra mucho. Es casi una sinfonía erótica mejor que cualquier concierto nórdico. La timidez de Kate es como un abrigo viejo, uno que se va quitando poquito a poco, revelando esa picardía adolescente que, honestamente, hace que pasar frío en Noruega tenga sentido.